martes, 11 de agosto de 2015

¿NIÑOS CON CÁNCER SERÁN INFÉRTILES EN LA ADULTEZ?

En estos últimos años se están produciendo avances en la preservación de la fertilidad en niños sometidos a tratamientos contra el cáncer, quienes en su mayoría sobreviven y ya adultos quieren tener hijos.


Es conocido que los tratamientos para combatir el cáncer como la quimioterapia, radioterapia y algunas cirugías pueden disminuir o desaparecer permanentemente la capacidad reproductiva, tanto del varón como de la mujer. En el caso de niños y niñas que se someten a estos tratamientos, el riesgo de ser infértiles también está presente. 

Pacientes adultos sometidos a estas terapias tienen la opción de criopreservar espermatozoides, óvulos y embriones antes del tratamiento para que en el futuro con la reproducción asistida puedan ser padres o madres. Lamentablemente, estas opciones no están disponibles en prepúberes (entre 7 y 11 años de edad) ya que aún no producen gametos maduros. Es un asunto preocupante, debido que la mayoría de niños sobreviven al tratamiento de cáncer y aún tienen sus vidas reproductivas por delante.

Infancia, niñez y pre-pubertad con cáncer


Estudios realizados en varones indican que hasta el 30% de los que durante su infancia se sometieron a estas terapias son incapaces de generar un número adecuado de espermatozoides para lograr una fecundación. 

Los niños y pre-púberes pacientes no pueden desarrollar una espermatogénesis completa, por tanto, en sus testículos no hay espermatozoides maduros, sino células madre germinales o espermatogonias. Estás células son las responsables de poblar el testículo en crecimiento durante la edad pediátrica y, una vez alcanzada la pubertad, formar espermatozoides maduros. Además, dado que aún no han alcanzado el desarrollo sexual completo, tampoco son capaces de emitir una muestra por masturbación o electroestimulación. 

Propuestas de solución


El Dr. Ernesto Bejarano, Especialista en Reproducción Humana de la Clínica de Fertilidad ProCrear, explica que a los niños, no se les puede someter a una estimulación hormonal, por ello se recurre a una biopsia para tomar muestras de tejido testicular, y en las niñas, tejido ovárico. “Con el objeto de mantenerlos congelados y luego trasplantarlos a su organismo cuando ya estén en edad fértil con el fin de salvaguardar su capacidad reproductiva”.

Mediante una biopsia del tejido testicular inmaduro es posible tener descendencia genética propia a través del autotrasplante de dicho tejido en la edad adulta. Es una alternativa muy interesante que evitaría recurrir a una donación de espermatozoides.

Por otra parte, se pretende madurar en laboratorio las células germinales presentes en el tejido testicular de los niños hasta generar espermatozoides maduros que puedan ser empleados para técnicas de reproducción asistida. Esta opción sería útil para aquellos casos en los que el reimplante del tejido pueda estar contraindicado por el riesgo de reintroducir células malignas de la enfermedad.

Para el Dr. Bejarano en caso que ya estén entrando a la pubertad y aunque aún no sean maduros sexualmente, “las niñas nacen con una reserva ovárica marcada, y los varones tienen una producción mínima de espermatozoides, los cuales pueden encontrarse en el tejido que se extrajo en la biopsia para luego usarlos en una Fecundación In Vitro”.

En el caso de la mujer el problema es más complicado, porque el útero y los ovarios se ven afectados, no sólo por la quimioterapia, sino por algunas enfermedades malignas en el útero o cirugías que extirpan órganos necesarios para la procreación y embarazo. Por ello, lo que se hace es ajustar los tratamientos para proteger los órganos. Se opta por extraer el ovario, ubicarlo en la axila para protegerlo de la radiación y, luego, se implanta de nuevo. También se puede criopreservar el tejido ovárico o hacer una vitrificación de ovocitos.

Dato:


Los tratamientos con mayor riesgo de producir infertilidad son la radioterapia craneal o craneo-espinal a altas dosis usada como parte del tratamiento de muchos tumores cerebrales; la radioterapia testicular o pélvica que incida directamente en los testículos y los agentes alquilantes, que es un tipo de quimioterapia que incluye muchos fármacos ampliamente utilizados, principalmente en el tratamiento de tumores óseos y en la quimioterapia previa (acondicionamiento) a realizar un trasplante de progenitores hematopoyéticos.

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