viernes, 2 de octubre de 2015

MADRES PARA SIEMPRE

Hoy por hoy, es posible, para una mujer, preservar la maternidad sin límite: al infinito. Adiós al límite de óvulos para siempre gracias la vitrificación de ovocitos


Las mujeres vienen al mundo con un número limitado de óvulos que día a día se van perdiendo desde el nacimiento. A partir de los 35 años se inicia un descenso significativo en la cantidad de óvulos (huevos) así como de calidad ovocitaria (incapacidad de lograr un ser humano con su uso), y un día, se acaban. 

Solo desde hace muy poco, desde el año 2006 se consiguen preservar óvulos mediante congelamiento o Criopreservación. El éxito de esta técnica ha sido uno de los mayores logros en la lucha contra la infertilidad. 

¿Qué es el óvulo?


El óvulo es una célula muy delicada y especial. Se mantiene viva en un ambiente ideal, en las mejores condiciones de nutrición y preservación, si sale de ahí es muy sensible y deleznable o frágil. 

Un ovulo maduro está preparado para ser fecundado en una ventana de fertilización de menos de 6 horas. Después de ese tiempo, se pierde la competencia, no se fecunda y no va a desarrollarse el embrión.

Técnicas previas a la vitrificación de ovocitos


En el pasado ya se congelaban con éxito espermatozoides y embriones, pero con óvulos no funcionaba. Se hacía a través de la llamada congelación lenta, con medios de criopreservación que permiten una rampa lenta de congelación en la cual la temperatura desciende poco a poco hasta que se congelan en nitrógeno líquido. En esta técnica se necesitan tres horas para congelar un embrión. Con los óvulos esa técnica no servía.

El óvulo es la célula más grande del cuerpo humano, 300 veces más grande que un espermatozoide. Tiene mucha agua en su interior y solo una membrana que lo rodea. Cuando se congelaba teníamos problemas osmóticos, de intercambio de fluidos. Si la congelación era muy rápida se rompía la membrana, y si era muy lenta se producían cristales en el interior y el óvulo ya no servía para nada.

Así apareció una novedosa técnica de congelación: la vitrificación. No es una técnica nueva. De manera natural, las ranas, las mariposas, los peces e insectos árticos producen glicerol y glucosa para reducir la formación de hielo cuando azota el frío, pero solo hace unos años empezó a utilizarse en óvulos humanos en laboratorio.

La vitrificación de ovocitos, revolución de la medicina reproductiva


Los nuevos “crioprotectores” protegen al óvulo tan rápido que pueden sumergirlo directamente en nitrógeno líquido. La célula pasa de 20º de temperatura directamente a -196º. 

Con la vitrificación se ha alcanzado el 90% en la tasa de supervivencia de un óvulo, y la tasa de embarazo es equivalente a la de un óvulo fresco.

Con la congelación de óvulos, por fin, la mujer ha llegado a conseguir el sueño dorado de cualquier mujer: la de ser madre para siempre.

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