José
Luis Llanos, Biólogo de la Clínica de Fertilidad ProCrear
Hasta hace poco la obtención de espermatozoides de
testículo o epidídimo mediante diferentes procedimientos médicos como la
extracción de espermatozoides del testículo (TESE) para su uso en tratamientos de Fecundación In
Vitro (IVF) e Inyección Intracitoplasmática de Espermatozoides (ICSI), han sido
utilizados para mejorar las posibilidades de reproducción de varones con problemas de azoospermia.
En la actualidad, se sabe que los espermatozoides extraídos de testículo
tienden a presentar una mejor calidad de ADN con bajos índices de
fragmentación, a diferencia de los espermatozoides presentes en eyaculado, lo
cual aumenta la probabilidad de seleccionar espermatozoides con menor
fragmentación para su uso en ICSI. La fragmentación de ADN se ha asociado con
diferentes manifestaciones de infertilidad (abortos espontáneos e embriones no
evolutivos).
Estos espermatozoides extraídos de epidídimo están siendo
estudiados y utilizados como una alternativa para aquellos pacientes que
presentan índices elevados de fragmentación de ADN, como se puede evidenciar en
el trabajo de investigación de Greco en el 2005, publicado en la Revista Human Reproduction que involucró
a 18 parejas que fueron sometidos a tratamientos de ICSI utilizando
espermatozoides de testículo y de eyaculado. Sus resultados mostraron que la
incidencia de ADN fragmentado fue marcadamente menor en espermatozoides
testiculares (≤6%) comparado con espermatozoides de eyaculado (≥15%). Además
logró ocho embarazos clínicos con espermatozoides de testículo (tasa de
implantación de 20.7% y tasa de embarazo de 44.4%), mientras que los ciclos de
ICSI realizados con espermatozoides de eyaculados conllevo a un solo embarazo
que posteriormente sufrió un aborto espontáneo.
En otro trabajo publicado recientemente en el 2015, en la
revista Fertility and Sterility el
investigador Brasileño, Sandro Esteves investigó la efectividad de usar espermatozoides
testiculares, de pacientes oligozoospérmicos con elevada fragmentación de
ADN, para ser empleados en ICSI y tuvo
como resultados que los espermatozoides extraídos de testículo tenían un índice
de fragmentación espermático de 8.3% comparado con un 40.7% en el eyaculado. Y
la tasa de embarazo, la tasa de abortos espontáneos y la tasa de nacidos vivos
fue de 51.9%, 10% y 46.7% respectivamente cuando se utilizaron espermatozoides
de testículo en comparación a las tasas
obtenidas cuando se usaban espermatozoides de eyaculado fresco, 40,2%, 34.3% y
26.4%.
Conclusiones
Estos trabajos muestran que el uso de espermatozoides de
eyaculado puede ser una gran alternativa para mejorar los resultados de los
tratamientos de reproducción asistida
empleando ICSI en pacientes con una elevada fragmentación de ADN
espermático, sin embargo no hay que olvidar que la intervenciones quirúrgicas pueden generar perturbaciones en los órganos
sexuales masculinos por lo que esta alternativa podría ser usada principalmente
para pacientes con bajas concentraciones de espermatozoides en el eyaculado con una elevada fragmentación de ADN que hayan
pasado por uno o dos ciclos de ICSI sin éxito.
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